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JULIAN MALATESTA ( http://jumala-ntc.blogspot.com/ ) .
Desarrollado por NTC ... , ntcgra@gmail.com
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LA IMAGEN POÉTICA.
La asonada americana
Autor: JULIAN MALATESTA
Mérida, 2008. - 207 p.
Mérida, 2008. - 207 p.
Editorial de la Universidad de Los Andes (Venezuela) .
ISBN 978-980-11-1039-2
Portal del Consejo de Publicaciones - la imagen poetica
http://www2.ula.ve/cp/index.php?option=content&task=view&id=174
http://www2.ula.ve/cp/images/stories/imagenpoetica.jpg Carátula
Esta obra nos entrega una vívida reflexión acerca del hecho poético latinoamericano. Con un discurso que media entre la pasión del creador, la erudición del estudioso y la profundidad del teórico, nos introduce en los orígenes de las corrientes poéticas del siglo XIX en Europa, centrada en la reflexión sobre la imagen y el esencial papel de las metáforas, para después saltar sobre el Atlántico y sumergimos en el similar proceso que viene a verificarse en las letras latinoamericanas, señalándonos con agudeza diferencias y paralelismos.
ISBN 978-980-11-1039-2
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http://www2.ula.ve/cp/images/stories/imagenpoetica.jpg Carátula
Esta obra nos entrega una vívida reflexión acerca del hecho poético latinoamericano. Con un discurso que media entre la pasión del creador, la erudición del estudioso y la profundidad del teórico, nos introduce en los orígenes de las corrientes poéticas del siglo XIX en Europa, centrada en la reflexión sobre la imagen y el esencial papel de las metáforas, para después saltar sobre el Atlántico y sumergimos en el similar proceso que viene a verificarse en las letras latinoamericanas, señalándonos con agudeza diferencias y paralelismos.
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CARÁTULA y CONTRA CARÁTULA
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Detalles editoriales (pág. 6)
Título de la obra: La imagen poética. La asonada americana
Autor: JULIAN MALATESTA
Editado por el Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes
Av. Andrés Bello, antiguo CALA. La Parroquia Mérida, estado Mérida. Venezuela
Telefax (+58274) 2713210, 2712034, 2711955 e-mail cpula@ula.ve , http://www.ula.ve/cp
Colección: Ciencias Humanísticas Serie: Literatura
1 a edición. 2008
Reservados todos los derechos @ Julián Malatesta
Diagramación: María Elena Díaz - malenadiaz45@hotmail.com
Diseño de portada: Consejo de Publicaciones
Ilustración de la carátula: "La mesa de los diablillos", Pedro Alcantara Herrán M.
Hecho el depósito de ley Depósito legal lf23720078001506 ISBN 978-980-11-1039-2
Impreso en Editorial Venezolana C.A. Mérida, Venezuela, 2008
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A MANERA DE PRÓLOGO:
DE POEMAS Y REBELIONES
POR Mariano Nava Contreras . Mérida, octubre de 2007
No era fácil encontrar un significado en las cosas,
la gente, la multitud, la alegría y la pena y la dicha...
Orhan Pamuk, El castillo blanco
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A veces, cuando pensamos en la fecunda literatura producida en América, olvidamos que toda esta poesía, toda esta narrativa, toda esta marejada de imaginario y de creación ha estado acompañada de un esfuerzo por comprender el fenómeno cultural del que ha surgido y en el que se ha visto envuelta. Más aún, ha nacido en el intento de un esfuerzo por comprenderse a ella misma. Una literatura que intenta comprenderse. Quizás esa sea otra de las características que hacen único el fenómeno literario en este lado del Atlántico. Que a la par del impresionante torrente creativo ha habido un esfuerzo por llevar a la razón y a la teoría los caracteres de la originalidad incontestable, las razones de la fantasía desbordada, del sentimiento que avasalla, de la personalidad nueva que irrumpe y apabulla. Quizás, tras las bambalinas y las luces con que la ficción nos encandila, sigilosa por los entretelones, no queriendo mucho copar las escenas que presiente que no le corresponden, más por adustez que por timidez, lo vigila todo, sobria y serena, la gran tradición del ensayo hispanoamericano. Y ello además no resta un ápice de la frescura y espontaneidad de nuestra literatura de creación. Se trata de otro de los singulares caracteres que acompañan a este fenómeno. Grandes creadores, de una originalidad incuestionable, maestros del cuento, de la novela y de la poesía han sido a la vez grandes teóricos e inimitables ensayistas. Como si el peso de la teoría confiriera al poema una novedosa gravedad que lo hace empero más vital, más maduro. Como si se estableciera una especie de simbiosis feliz y necesaria entre razón e imaginación, entre teoría y sentimiento. Pensemos por ejemplo en Paz, en Borges...
A veces, cuando pensamos en la fecunda literatura producida en América, olvidamos que toda esta poesía, toda esta narrativa, toda esta marejada de imaginario y de creación ha estado acompañada de un esfuerzo por comprender el fenómeno cultural del que ha surgido y en el que se ha visto envuelta. Más aún, ha nacido en el intento de un esfuerzo por comprenderse a ella misma. Una literatura que intenta comprenderse. Quizás esa sea otra de las características que hacen único el fenómeno literario en este lado del Atlántico. Que a la par del impresionante torrente creativo ha habido un esfuerzo por llevar a la razón y a la teoría los caracteres de la originalidad incontestable, las razones de la fantasía desbordada, del sentimiento que avasalla, de la personalidad nueva que irrumpe y apabulla. Quizás, tras las bambalinas y las luces con que la ficción nos encandila, sigilosa por los entretelones, no queriendo mucho copar las escenas que presiente que no le corresponden, más por adustez que por timidez, lo vigila todo, sobria y serena, la gran tradición del ensayo hispanoamericano. Y ello además no resta un ápice de la frescura y espontaneidad de nuestra literatura de creación. Se trata de otro de los singulares caracteres que acompañan a este fenómeno. Grandes creadores, de una originalidad incuestionable, maestros del cuento, de la novela y de la poesía han sido a la vez grandes teóricos e inimitables ensayistas. Como si el peso de la teoría confiriera al poema una novedosa gravedad que lo hace empero más vital, más maduro. Como si se estableciera una especie de simbiosis feliz y necesaria entre razón e imaginación, entre teoría y sentimiento. Pensemos por ejemplo en Paz, en Borges...
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Así, los procesos teóricos deben soportar, en el sentido etimológico de la palabra, las diversas "rupturas" que se gestan en las literaturas hispanoamericanas del XIX. Es verdad que la teorización en tomo al hecho poético había sido un fenómeno bastante frecuente a partir de los llamados movimientos vanguardistas que se dieron en Europa, especialmente después de Rimbaud, Baudelaire y el romanticismo. Sin embargo, es precisamente a partir del romanticismo y su ruptura con los cánones del clasicismo cuando surge un primer desacomodo. La fe en los poderes del arte y la literatura sobre los grandes procesos redentores que sacudieron la segunda mitad del siglo antepasado aparece, no ya como una creencia especialmente arraigada en poetas y pintores, sino como un credo militante y de llamativa perseverancia. De este modo, el arte y la política se re encuentran e interactúan en un binomio insospechado para entonces. En América, a diferencia, la reflexión se vuelca en tomo a la identidad y al carácter de lo hispanoamericano. La búsqueda de lo que tenemos de propio surge bajo una certidumbre inquebrantable acerca de las formas del arte como cabal expresión de los pueblos. Así, lo que en Europa se concibe en términos polémicos, como declaración y quebranto, en la América española se va a volver meditación sobre los orígenes y profundísima revisión.
Así, los procesos teóricos deben soportar, en el sentido etimológico de la palabra, las diversas "rupturas" que se gestan en las literaturas hispanoamericanas del XIX. Es verdad que la teorización en tomo al hecho poético había sido un fenómeno bastante frecuente a partir de los llamados movimientos vanguardistas que se dieron en Europa, especialmente después de Rimbaud, Baudelaire y el romanticismo. Sin embargo, es precisamente a partir del romanticismo y su ruptura con los cánones del clasicismo cuando surge un primer desacomodo. La fe en los poderes del arte y la literatura sobre los grandes procesos redentores que sacudieron la segunda mitad del siglo antepasado aparece, no ya como una creencia especialmente arraigada en poetas y pintores, sino como un credo militante y de llamativa perseverancia. De este modo, el arte y la política se re encuentran e interactúan en un binomio insospechado para entonces. En América, a diferencia, la reflexión se vuelca en tomo a la identidad y al carácter de lo hispanoamericano. La búsqueda de lo que tenemos de propio surge bajo una certidumbre inquebrantable acerca de las formas del arte como cabal expresión de los pueblos. Así, lo que en Europa se concibe en términos polémicos, como declaración y quebranto, en la América española se va a volver meditación sobre los orígenes y profundísima revisión.
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De este modo se va conformando una poética autónoma y autóctona, original en todo caso. A ella se van añadiendo otras tradiciones, otras voces que irrumpen en el amplio horizonte de lo exótico, y lo cosmopolita. El orientalismo, que en los movimientos europeos va a tener un protagonismo decisivo, en América va a encontrar un lugar y una expresión, integrándose en la voz poética con sorprendente madurez. La noción de imagen y metáfora, en tanto que herramientas poéticas por excelencia, se va a volver fundamental a la hora de sopesar los rasgos definitorios de nuestro discurso. No se trata solamente de una nueva estética, de una nueva poética, sino incluso de una nueva espaciotemporalidad, lo que marca ahora las relaciones entre el discurso y su circunstancia. Es una nueva fenomenología de lo americano lo que se ensaya en estas vanguardias literarias. Metáfora e ironía se van a convertir en dos elementos esenciales de una fenomenología de lo moderno americano, de una estética discursiva en sus dimensiones patémica y conceptual, de una afectividad y una concepción del imaginario. Se trata aquí de un panorama de las vanguardias en sus bases teóricas, pero también en la praxis del verso, en la poiesis en tanto que acto creativo. La transgresión emerge y la ruptura alcanza dimensiones de reto, trazando un itinerario que, para esta reflexión, comienza con Donoso y culmina con Borges y Lezama Lima. Lo utópico en la poesía se revela, pues, de formas muy diversas en Europa y en América. Allá, intentando reconstruir entre las ruinas. Aquí, redescubriendo entre el tupido follaje. Crear un continente en su poesía se vuelve, para nosotros esencial y fatalmente, emprender el acto de nombrar un Nuevo Mundo.
De este modo se va conformando una poética autónoma y autóctona, original en todo caso. A ella se van añadiendo otras tradiciones, otras voces que irrumpen en el amplio horizonte de lo exótico, y lo cosmopolita. El orientalismo, que en los movimientos europeos va a tener un protagonismo decisivo, en América va a encontrar un lugar y una expresión, integrándose en la voz poética con sorprendente madurez. La noción de imagen y metáfora, en tanto que herramientas poéticas por excelencia, se va a volver fundamental a la hora de sopesar los rasgos definitorios de nuestro discurso. No se trata solamente de una nueva estética, de una nueva poética, sino incluso de una nueva espaciotemporalidad, lo que marca ahora las relaciones entre el discurso y su circunstancia. Es una nueva fenomenología de lo americano lo que se ensaya en estas vanguardias literarias. Metáfora e ironía se van a convertir en dos elementos esenciales de una fenomenología de lo moderno americano, de una estética discursiva en sus dimensiones patémica y conceptual, de una afectividad y una concepción del imaginario. Se trata aquí de un panorama de las vanguardias en sus bases teóricas, pero también en la praxis del verso, en la poiesis en tanto que acto creativo. La transgresión emerge y la ruptura alcanza dimensiones de reto, trazando un itinerario que, para esta reflexión, comienza con Donoso y culmina con Borges y Lezama Lima. Lo utópico en la poesía se revela, pues, de formas muy diversas en Europa y en América. Allá, intentando reconstruir entre las ruinas. Aquí, redescubriendo entre el tupido follaje. Crear un continente en su poesía se vuelve, para nosotros esencial y fatalmente, emprender el acto de nombrar un Nuevo Mundo.
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Julián Malatesta entiende estas poéticas americanas en términos de "sublevación", de "rebeldía", de "asonada". El recurso de lametáfora militar, que gustaba tanto parodiar a Propercio y al viejo Ovidio como a otros tantos líricos antiguos, le sirve para nombrar la irrupción violenta, el alzamiento, pero sobre todo una quiebra y un recomenzar. Poeta él mismo (Hojas de trébol, 1985; Alguien habita la memoria, 1995; La cárcel de Babel, 2002; Cenizas en el cielo, 2004; El mecanógrafo del parque, el más reciente), presenta aquí un ensayo profundo que aborda el hecho poético desde la perspectiva de la poesía, la de un poeta. Ensayista también (Los pensadores vallecaucanos, 1995; Presencia de la poesía china y japonesa en algunos poetas latinoamericanos, premio Jorge Isaacs 1997; Visión y ceguera en la poesía del Valle del Cauca, 1999, Y La ciudad revelada, 2005), forma parte de esa curiosa raza de creadores-pensadores a que antes aludíamos, aquellos que, no conformes con inventamos mundos inéditos y originales, se dan a la tarea de explicamos cómo funcionan. En La imagen poética. La asonada americana nos entrega una vívida reflexión acerca del hecho poético latinoamericano. Con un discurso que media entre la pasión del creador, la erudición del estudioso y la profundidad del teórico, nos introduce en los orígenes de esta meditación acerca de las corrientes poéticas del XIX en Europa, centrada en la reflexión sobre la imagen y el esencial papel de las metáforas; para después saltar sobre el Atlántico y sumergimos en el similar proceso que viene a verificarse en las letras latinoamericanas, señalándonos con agudeza diferencias y paralelismos.
Julián Malatesta entiende estas poéticas americanas en términos de "sublevación", de "rebeldía", de "asonada". El recurso de lametáfora militar, que gustaba tanto parodiar a Propercio y al viejo Ovidio como a otros tantos líricos antiguos, le sirve para nombrar la irrupción violenta, el alzamiento, pero sobre todo una quiebra y un recomenzar. Poeta él mismo (Hojas de trébol, 1985; Alguien habita la memoria, 1995; La cárcel de Babel, 2002; Cenizas en el cielo, 2004; El mecanógrafo del parque, el más reciente), presenta aquí un ensayo profundo que aborda el hecho poético desde la perspectiva de la poesía, la de un poeta. Ensayista también (Los pensadores vallecaucanos, 1995; Presencia de la poesía china y japonesa en algunos poetas latinoamericanos, premio Jorge Isaacs 1997; Visión y ceguera en la poesía del Valle del Cauca, 1999, Y La ciudad revelada, 2005), forma parte de esa curiosa raza de creadores-pensadores a que antes aludíamos, aquellos que, no conformes con inventamos mundos inéditos y originales, se dan a la tarea de explicamos cómo funcionan. En La imagen poética. La asonada americana nos entrega una vívida reflexión acerca del hecho poético latinoamericano. Con un discurso que media entre la pasión del creador, la erudición del estudioso y la profundidad del teórico, nos introduce en los orígenes de esta meditación acerca de las corrientes poéticas del XIX en Europa, centrada en la reflexión sobre la imagen y el esencial papel de las metáforas; para después saltar sobre el Atlántico y sumergimos en el similar proceso que viene a verificarse en las letras latinoamericanas, señalándonos con agudeza diferencias y paralelismos.
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Para el Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes es un verdadero placer presentar esta primera edición venezolana, primera hecha fuera de Colombia, de un texto que sin duda está llamado a ser referencia en los estudios literarios latinoamericanos, aportando su contribución a ese problema central del ser de nuestras letras, a esa pregunta que esencial y constantemente se están haciendo nuestros autores mayores, la pregunta "hamletiana" que un día nos decía don Arturo Uslar Pietri: ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos?
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Para el Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes es un verdadero placer presentar esta primera edición venezolana, primera hecha fuera de Colombia, de un texto que sin duda está llamado a ser referencia en los estudios literarios latinoamericanos, aportando su contribución a ese problema central del ser de nuestras letras, a esa pregunta que esencial y constantemente se están haciendo nuestros autores mayores, la pregunta "hamletiana" que un día nos decía don Arturo Uslar Pietri: ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos?
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Para detalles de la edición colombiana, click en: La imagen poética ( http://jumala-ntc-laimagen.blogspot.com/ )
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Para la adquisición de la edición colombiana, informes: ntcgra@gmail.com Despachos a domicilio.
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El libro completo en internet [PDF] LA IMAGEN POETICA (Edición de la Universidad del Valle)
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La imagen poética: un mundo posible
Por Carolina Urbano
Reseña publicada en la Revista de Poesía LUNA NUEVA No. 34 , Julio 2008, Página 82. Carolina Urbano hace parte del Consejo de redacción de la revista.
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Un recorrido por los movimientos de la poesía moderna con el ambicioso proyecto de develar la esencia de la misma, su naturaleza, a partir de la imagen es la promesa que JULIAN MALATESTA hace a los lectores. Ambiciosa sí, y él reconoce en este intento sus limitaciones, las limitaciones que tiene toda empresa teórica que queda anclada en los conceptos. Por esto Malatesta sale bien librado, pues en vez de hacer los coqueteos conceptuales sobre la imagen o la metáfora, se vale de lo que ha sucedido en la “historia de la poesía”: comprender la naturaleza de la poesía signifi ca conocer el contexto que ha alimentado al poeta para cantar su espíritu, signifi ca también un devenir en que cada poeta hace lo suyo gracias al pasado y a cierta tendencia hacia lo “nuevo”. La poesía así es una construcción, íntima pero también colectiva, que el autor va justifi cando con uno o varios poemas seleccionados con la precisión de un relojero, pues juega con ellos de tal manera que sirvan de evidencia a sus palabras y por eso, deben dar la hora exacta. De ese minucioso aparato poético salen a flote una cantidad de relaciones históricas, sociales y estéticas, que constituyen la materia prima para el encuentro con la imagen y sus transformaciones. Aparece, por ejemplo, que muchas veces lo que se considera “nuevo” no es precisamente lo novedoso per se sino un mirar hacia otros lados que los demás no conocen, como es el caso de la defi nición del término “dadá”, que generalmente se asocia a un sonido infantil que bien puede signifi car cualquier cosa, porque el dadaísmo mismo no pretende ir tras signifi cado alguno. Sin embargo, Malatesta no se queda ahí y lo vincula con una deidad africana encargada de proteger y cuidar la corona de los iniciados. De todas las voces que salen en este libro queda el sabor de limpias imágenes que han superado el tiempo en el que fueron creadas y la vigencia de los movimientos que las inspiraron, porque la imagen poética no es diferente de la manera como Julián Malatesta intenta dar cuenta de ella, es un conjunto de relaciones de tal variedad que difícilmente podemos clasifi car sin más en una época o encasillar en unos cuantos conceptos. No en vano señala que “el poema es la construcción de un mundo posible, un mundo sujeto a sus propias reglas y leyes, puesto en marcha ante los ojos del lector demoliendo en él su pre-alistado saber, su destreza habitual.” Es, pues, función antigua del poema la creación de nuevos mundos, es antigua también la función de los poetas de beberlos, embriagarse de ellos y deconstruirlos.
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--- > Esta reseña se publica tambien en la página correspondiente a la edición colombiana: La imagen poética ( http://jumala-ntc-laimagen.blogspot.com/ )
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